Excma. Sra. Consejera de Educación de la Junta de Andalucía,
Soy profesor de Secundaria y he sido tutor de la fase de
prácticas del antiguo CAP (Certificado de Aptitud Pedagógica) desde el curso
1995-1996 hasta su extinción en el 2008-2009, y del actual Máster de Secundaria
desde su puesta en marcha en el curso 2009-2010. En total, veinte años que me
han permitido compartir mi experiencia acumulada con mis tutorandos a la vez
que aprender de las novedades que los más jóvenes han traído en su bagaje
académico y vital.
Todos los años, la Universidad nos ha hecho una retribución,
más tarde que pronto, y variable en su cantidad, por el trabajo desarrollado
como tutores de la fase de prácticas.
Este año 2016-2017, según las informaciones recibidas y lo
que se desprende de la lectura del Convenio Marco (BOJA nº 92, de 17 de mayo de
2016) que usted ha firmado junto al Consejero de Economía y Conocimiento y los
Rectores de las universidades públicas andaluzas, esta retribución no se
contempla. Los profesores tutores recibirán un certificado de su Consejería y
el acceso a bibliotecas y determinados servicios de las universidades.
En términos laborales, usted es nuestra jefa superior y
responsable de nuestros derechos profesionales y retribuciones. Sin embargo,
usted nos ha ignorado y nos ha convertido en una máquina de hacer dinero para
sanear las arcas de las universidades andaluzas.
La cuenta es muy fácil: el precio de cada crédito es 13,68 €
según lo aprobado en BOJA (nº 121, de 27 de junio de 2016). La fase de
prácticas de este Máster tiene una carga académica de 10 créditos. Por tanto,
cada alumno paga 136,80 € por este número de créditos. La Universidad de
Córdoba, que es de tipo medio, tiene matriculados a más de 300 estudiantes en este
Máster de Secundaria, resultando unos ingresos que superan los 41.000 € por
este concepto. Si multiplicamos esta cantidad por 9, el número de universidades
públicas en Andalucía, supone una cantidad que excede los 369.000 €.
¿No le parece a usted que la cuenta de ingresos y gastos está
un poco desproporcionada? En un ejercicio de honestidad, ¿no se le ha ocurrido
preguntar a algunos de sus Directores Generales, que son funcionarios del
Cuerpo de Profesores de Secundaria, que les hubiese parecido a ellos esta
medida si hubiesen estado trabajando en sus centros?
El trabajo que desarrolla un profesor de secundaria es, al
menos, tan digno y profesional como el que desarrolla un catedrático o cualquier
profesor de universidad, a quienes si les pagan su participación en el Máster.
¿Por qué contribuye usted a esta discriminación? Podría parecer que estuviese
usted más cercana a su pasado profesional, en la Universidad de Málaga, que a
su presente, en la Consejería de Educación.
Afortunadamente, el dinero, poco más de cien euros, que hemos
recibido, muy tardíamente, por cierto, por nuestro trabajo en el curso
2015-2016, es algo de lo que puedo prescindir yo y, probablemente, la mayoría
de mis compañeros. Sin embargo, hay algo que no tiene precio, que se llama
dignidad profesional, y que no se compra con carnets universitarios ni con certificados
para el concurso de traslados y los sexenios.
Le propongo a usted y al resto de los firmantes del Convenio
Marco lo siguiente: devuelvan a las familias andaluzas los más de 369.000 € que
han pagado para que sus hijos realicen la fase de prácticas del Máster en los
institutos de Secundaria puesto que el coste en mano de obra (el profesorado)
es 0 €.
Si lo hacen, tendrán mi incondicional agradecimiento y
respeto; de otra manera tendrán mi negativa para participar en este proceso. Lo
siento muchísimo por los alumnos de Máster de este curso 2016-2017 que hayan
solicitado hacer las prácticas en el centro donde trabajo.
Atentamente.
Antonio Roldán
IES Alhaken II, Córdoba