martes, 26 de marzo de 2013

Aprendiendo a leer.

He sido testigo y partícipe en los últimos tiempos de varias conversaciones entre padres y madres, entre los que cundía la preocupación sobre la edad y con la velocidad a la que los niños aprenden a leer.
Sin ser experto en Educación Infantil me parece que  (a) son muchas las tareas previas que hay que desarrollar con los niños en este período educativo antes de iniciarse en la lectura y (b) no se puede fijar una edad determinada, sino una horquilla entre la cual deberían los alumnos a comenzar a leer.
Aunque el siguiente enlace hace referencia al aprendizaje de la lectura de una lengua distinta al español, puede resultar de interés: con sus "DOs" y "DON'Ts". 

domingo, 17 de marzo de 2013

Oposiciones al Cuerpo de Maestros y catadura moral

Nunca he utilizado el blog para hacer reflexiones personales sobre temas de actualidad, pero el conjunto de despropósitos del partido que gobierna el país es de tal calado que voy a romper con la costumbre. La educación de un país no se debe comprar ni vender como un bien de consumo. Debe ser una PRIORIDAD PÚBLICA NACIONAL.
El pasado jueves 14 se hacía pública una noticia que no dejaba indiferente a nadie: sólo el 13,6 % de los opositores al cuerpo de Maestros en la Comunidad de Madrid, en 2011, aprobaron la prueba de conocimiento general. Esta prueba incluía preguntas sobre las provincias por las que discurría el río Duero o Ebro, o el significado de palabras como "escrúpulo" y "pronóstico".
La primera reacción de la opinión pública fue de crítica unánime a los maestros (opositores, interinos y funcionarios), pero el sentido común y, por encima de todo, el futuro de nuestro país, hacen obligada una profunda reflexión.

Carta de agosto de 2011, firmada por
Esperanza Aguirre, plagada de errores.

Ante la pregunta, ¿es deseable que los opositores conociesen las respuestas a esas preguntas?, yo diría que sí. Pero también diría que sería deseable que lo supiesen los diputados y senadores, directivos de banca y grandes empresas, etc, etc. Sería mucho más deseable que lo conociese toda la ciudadanía. Y, por supuesto, la Consejera de Educación y la ex-Presidenta de la Comunidad de Madrid, aunque, de momento, no lo han demostrado. Recordemos que firmada por la segunda, los profesores de Secundaria de la Comunidad de Madrid recibieron una carta en agosto de 2011, plagada de errores, en la que se les pedía que trabajasen más horas para poder despedir a varios miles de compañeros interinos (lo segundo no estaba explícito en el texto).
A la pregunta, ¿es necesario conocer esas respuestas para impartir clase en Primaria?, yo diría que no necesariamente.
Los motivos, varios.
Llevamos varios años recibiendo el mensaje de nuestras autoridades educativas relativo al desarrollo de las competencias básicas. El aprendizaje acumulativo y memorístico de datos no tiene nada que ver con el desarrollo de las competencias básicas. Es otro tipo de aprendizaje, que ni siquiera se contempla en las pruebas PISA, a las que tenemos tanto miedo porque no dos dejan en el lugar deseado en el ranking internacional. Por tanto, no pidan a los opositores lo que luego no deben hacer. Hagan memoria y recuerden cunatas veces el gobierno actual ha utilizado los resultados PISA como arma arrojadiza contra el anterior ministro de Educación.
En la era del conocimiento digital que vivimos, las autoridades educativas también insisten, una y otra vez, en que lo importante es desarrollar las habilidades necesarias para interactuar con las nuevas tecnologías, a través de las cuales se acceden a los contenidos. El acceso enciclopédico al conocimiento quedó atrás, en aquellas generaciones pre-internet, en las que muchos de nosotros, docentes, nos formamos.
No quiero dejar de responder una cuestión más, en esta reflexión en voz alta: ¿qué catadura moral tienen las autoridades educativas que hacen públicos estos datos? Ninguna.
¿Por qué?
Porque el futuro de un país se construye sobre la educación de sus ciudadanos y lo último que debe hacer un gobierno es desprestigiar públicamente a los profesionales que se encargan de formar a éstos. Con actuaciones como esta, es posible que la verdadera crisis del país la vivamos dentro de 15 ó 20 años, cuando nuestros pequeños que están ahora en Primaria, estén en edad de trabajar.
Porque es una indignidad publicar esta información en el mismo año en el que las comunidades autónomas vuelven a convocar oposiciones de Primaria. Lo único que se consigue con ello es crear una mala imagen de miles de personas que quieren obtener un trabajo, de forma honrada, en un período de crisis económica.
Es lamentable que la noticia que se airea, tenga que ver sólamente con los maestros de la enseñanza pública. ¿Por qué se dejan a un lado a los docentes de la enseñanza privada, cuyos procedimientos de acceso a su puesto docente son, todo, menos transparentes? ¿Es una casualidad o es la enésima estrategia para desprestigiar a la enseñanza pública? No me cabe duda que es lo segundo.
Es triste pensar que las Comunidades Autónomas gestionadas por la derecha han dejado su red de formación permanente reducida a la mínima, con la excusa de la crisis. Me pregunto que, si se detecta un déficit de formación entre los opositores, muchos de ellos interinos, ¿por qué se han eliminado los centros de formación del profesorado? Ahora tienen, aparentemente, un motivo más que suficiente para existir.
No nos olvidemos que estos opositores han recibido una formación universitaria previa, con la que han conseguido un título que les capacita para ejercer la docencia. En esta cadena de despropósitos iniciada por la Comunidad de Madrid, ¿le han pasado el mismo cuestionario de conocimiento general a los docentes universitarios? En el ámbito de la Didáctica General, uno de los principios básicos nos dice que no se puede evaluar lo que antes no se ha enseñado.
De un partido político que hace enormes esfuerzos por desprestigiar la Educación para la Ciudadanía y convierte su desaparición en su seña de identidad, con mucha dificultad se podía esperar otra catadura moral distinta a la demostrada con esta actitud humillante hacia sus propios MAESTROS.
A propósito, disculpen mis errores en este texto porque ¡yo también soy docente!